Una de las causas más comunes de dolor pélvico crónico es el síndrome de congestión pélvica. Así es como puede reconocer los síntomas y buscar tratamiento para esta afección.
El síndrome de dolor pélvico crónico (CPPS) se caracteriza por un dolor persistente ubicado en cualquier lugar entre el ombligo y las caderas. A diferencia de los calambres menstruales, la CPPS dura al menos seis meses y no mejora ni empeora según el ciclo menstrual. Esta condición representa hasta el 10% -15% de las derivaciones a ginecólogos y clínicas de dolor.
Aunque el CPPS tiene muchas causas potenciales, la insuficiencia venosa a menudo puede desempeñar un papel. Obtenga más información sobre el síndrome de congestión pélvica y cómo tratarlo:
Hay una variedad de factores que pueden contribuir a la CPPS, que incluyen endometriosis, fibromas, SII y estrés. Si sufres de dolor crónico en la pelvis, los médicos generalmente comenzarán descartando problemas en el tracto gastrointestinal, urinario y reproductivo. Si estas pruebas resultan negativas, se requerirá más investigación.
Otra causa frecuente de CPPS es el síndrome de congestión pélvica (PCS). PCS ocurre cuando las venas varicosas se desarrollan en el abdomen. Esta condición a menudo es causada por un exceso de la hormona estrógeno, generalmente durante el embarazo o en varias etapas del ciclo menstrual.
El estrógeno puede debilitar las paredes de las venas, haciéndolas deformarse y expandirse. Alternativamente, las paredes pueden estirarse porque hay una obstrucción sobre la vena que impide el flujo sanguíneo. De cualquier manera, la vena comienza a inflarse, reteniendo más y más sangre, lo que aumenta la presión en el vaso.
Finalmente, la presión se vuelve demasiado para las válvulas cuya función es mantener la sangre fluyendo hacia el corazón. A medida que estas válvulas fallan, la sangre comienza a acumularse, lo que provoca el desarrollo de venas varicosas dolorosas.
Los síntomas de PCS incluyen una molestia dolorosa con episodios ocasionales de dolor punzante. Estos síntomas pueden empeorar al toser, estornudar, levantar objetos pesados y estar sentado o de pie por mucho tiempo. PCS también se asocia con dolor y sangrado durante y después de las relaciones sexuales.
A menudo, el PCS se puede diagnosticar solo con un ultrasonido, pero a veces se requieren otras imágenes como una resonancia magnética o un venograma. Una vez que se confirma el diagnóstico, el primer paso en el tratamiento generalmente es probar medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (como Tylenol) para ver si eso ayuda a controlar el dolor. Si eso no funciona, su médico puede recetarle medicamentos para limitar la producción de estrógenos, lo que debería ayudar a evitar que las paredes de las venas se debiliten.
Muchos pacientes también encuentran que la fisioterapia es útil para aliviar los síntomas de PCS. En algunas situaciones, después de que se hayan agotado todas las demás opciones, usted y su médico pueden optar por embolizar la vena problemática, obligando al cuerpo a encontrar otras vías más saludables para bombear sangre al corazón.
PCS no debería evitar que vivas tu vida al máximo. En el Centro para la Restauración de las Venas, podemos ayudar a diagnosticar y tratar su dolor crónico para que pueda volver a las actividades que disfruta. Programe una cita con nuestros especialistas en venas hoy.