Revisión médica por Mohamed T. Hassan, MD, DABVLM, RPVI, el 24 de septiembre de 2025
Durante años, Amy R. vivió con piernas que se sentían como anclas. Con una hinchazón que se extendía desde las rodillas hasta los dedos de los pies, soportaba dolores que empeoraban si permanecía de pie por mucho tiempo y una pesadez en las piernas que convertía las tareas simples en labores agotadoras. Probó diuréticos y consultó a un cardiólogo. Aunque su corazón fue considerado saludable, sus piernas seguían clamando por atención.
Lo que no sabía en ese entonces era que la causa raíz de su dolor e hinchazón en las piernas era la insuficiencia venosa crónica (IVC), una enfermedad venosa en la que las válvulas debilitadas permiten que la sangre fluya hacia atrás y se acumule en la parte inferior de las piernas.
Para este artículo, hablamos con Amy R., paciente de Center for Vein Restoration (CVR), así como con su médico especialista en venas de CVR, el Dr. Mohamed T. Hassan. El Dr. Hassan es el médico principal en las clínicas de venas de Center for Vein Restoration (CVR) en Hoover, Alabama, y Trussville, Alabama.
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En 2014, a Amy le diagnosticaron insuficiencia venosa en ambas piernas y comenzó tratamiento en otro centro de venas en Alabama. Durante varios años, se sometió a múltiples procedimientos en cada pierna. Uno de ellos —realizado en ese otro centro sin anestesia— fue tan doloroso que Amy lo describe como “traumático”.
La experiencia la dejó temerosa del cuidado venoso y dejó de buscar tratamiento, convencida de que todos los procedimientos serían igual de insoportables.
La verdad tranquilizadora sobre el tratamiento venoso en Center for Vein Restoration (CVR): La atención ambulatoria en CVR está diseñada pensando en la comodidad. La anestesia adecuada, la técnica cuidadosa y los procedimientos mínimamente invasivos permiten que los pacientes salgan caminando el mismo día, con poco o ningún tiempo de recuperación, sin el dolor que Amy alguna vez soportó en otro lugar.
Cuando la hinchazón y el dolor regresaron después de su experiencia traumática, Amy sabía que no podía seguir viviendo así. Comenzó a investigar especialistas en venas en línea y se sintió atraída por el Dr. Hassan en Center for Vein Restoration después de leer reseñas muy positivas.
Desde el momento en que entró, Amy notó la diferencia de CVR. El personal de Center for Vein Restoration fue paciente y acogedor. El Dr. Hassan recordó así la consulta inicial:
“Ella estaba llorando en la oficina. Le dije: probemos con una vena, la más difícil de tratar, y veamos cómo resulta. Si podemos superar eso juntos, todo lo demás será mucho más fácil.” – Dr. Mohamed T. Hassan
Ese enfoque personal hizo que Amy se sintiera vista, escuchada y segura. El Dr. Hassan revisó en detalle los resultados de su ultrasonido, dibujando diagramas para explicar con precisión qué estaba mal. Luego vino una revelación sorprendente: tras revisar su historial y los resultados de las imágenes, le dijo a Amy que no creía que tuviera linfedema, como le habían dicho en otro lugar. Ese diagnóstico la había llevado a dedicar dos horas al día a terapia de compresión.
“Fue un gran alivio”, dijo Amy. “El Dr. Hassan me explicó que mi problema principal era el reflujo venoso, no una enfermedad linfática. Fue un cambio de vida saber que no tenía que seguir haciendo toda esa terapia de compresión extra.”
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Un Plan Enfocado en la Comodidad y la Confianza
Debido al trauma pasado de Amy, su médico elaboró un plan de tratamiento que priorizaba tanto su comodidad emocional como sus necesidades médicas.
Su plan personalizado incluía:
Antes de cada cita, el Dr. Hassan le explicaba con precisión qué haría, por qué era importante y qué podría sentir Amy.
“Le prometí que no tendría dolor, y cumplí esa promesa. Después de ese primer tratamiento, todo su miedo desapareció.” – Dr. Mohamed T. Hassan
Incluso las áreas más sensibles, como alrededor del tobillo, fueron tratadas con cuidado. Amy recuerda haber sentido poco más que una leve presión durante los procedimientos en manos del Dr. Hassan.
El cuidado venoso se guía por ultrasonido dúplex. El examen de Amy reveló que, aunque algunas venas principales con reflujo ya habían sido cerradas anteriormente, muchas venas tributarias seguían abiertas y transmitiendo presión hacia la parte baja de sus piernas y tobillos.
Al cerrar sistemáticamente esas venas problemáticas, el Dr. Hassan redujo la presión venosa que causaba su hinchazón y dolor. El ultrasonido de seguimiento confirmó el cierre completo de las venas tratadas, lo cual coincidía con la experiencia de Amy: piernas más ligeras, menos hinchadas y una mejora drástica en su comodidad diaria.
Durante varios meses, Amy condujo más de una hora de ida y vuelta dos veces por semana para recibir tratamiento —y valió la pena—.
“Mis pantorrillas eran del tamaño de mis muslos”, dijo Amy. “Ahora puedo sentarme, ponerme de pie e incluso andar en bicicleta sin dolor.”
Ha vuelto a limpiar casas con una amiga, un trabajo que antes dejaba sus tobillos dolorosamente hinchados al final del día. Su médico le recordó que la recuperación lleva tiempo y que algo de hinchazón puede persistir, pero Amy se siente segura de que finalmente está en el camino correcto.
Amy quiere que cualquiera que tenga dolor, hinchazón o pesadez en las piernas sepa que no tiene que vivir con ello:
“Investigue. Lea reseñas. Encuentre un especialista en venas que escuche y explique las cosas en un lenguaje sencillo. Si tiene miedo debido a una experiencia pasada, no se rinda; encuentre a alguien que lo haga sentir cómodo.”
El Dr. Hassan coincide:
“Si ha tenido una mala experiencia antes, no significa que todas serán iguales”, dijo. “Busque una segunda opinión. Hable con el médico, haga preguntas y encuentre un equipo que le haga sentir seguro.”
La pesadez, la hinchazón o el dolor pulsátil en las piernas no son simplemente parte de “envejecer”. Estos síntomas pueden indicar una enfermedad venosa, que puede progresar si no se trata. Cuanto antes se evalúe, más fácil será detener el problema y prevenir complicaciones como cambios en la piel o úlceras venosas.
La historia de Amy demuestra que, con el diagnóstico correcto, un equipo de atención de apoyo y un plan de tratamiento reflexivo, años de dolor y miedo pueden ser reemplazados por unas piernas ligeras, fuertes y saludables.
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