El síndrome de May-Thurner es una afección vascular relativamente poco común que ocurre cuando la arteria ilíaca derecha, que transporta sangre a las extremidades inferiores, comprime la vena ilíaca izquierda contra la columna lumbar, lo que provoca una disminución del flujo sanguíneo y un mayor riesgo de trombosis venosa profunda (TVP). Si no se trata, esta condición puede tener un impacto profundo en el bienestar de una persona. Aprenda por qué este trastorno anatómico debe considerarse en personas con dolor inexplicado en la extremidad inferior izquierda.
Este blog arrojará luz sobre el síndrome de May-Thurner (MTS), explorando sus causas, síntomas y métodos de diagnóstico para ayudar a las personas a reconocer y abordar esta potencialmente grave afección vascular.
El síndrome de May-Thurner, también conocido como síndrome de compresión de la vena ilíaca, es un trastorno vascular caracterizado por la compresión de la vena ilíaca común izquierda por la arteria ilíaca común derecha que la recubre. En el ámbito de la salud vascular, el síndrome de May-Thurner (MTS) sigue siendo una condición relativamente desconocida, a menudo opacada por problemas circulatorios más comunes, como enfermedad vascular, coágulos sanguíneos, enfermedad coronaria, enfermedad arterial periférica y otros. Sin embargo, para aquellos que experimentan sus síntomas, el MTS puede tener un impacto significativo en la vida diaria.
Según Science Direct, The Journal of Thrombosis and Haemostasias:
"Si bien se supuso inicialmente que el síndrome de May-Thurner (MTS) era raro cuando se definió anatómicamente por primera vez en 1957, los informes de casos de este síndrome se han vuelto más frecuentes recientemente, quizás debido a técnicas de imagen mejoradas que permiten una visualización mejorada de las venas ilíacas. Sin embargo, la carga poblacional de esta condición es desconocida, y se especula que puede ser mayor de lo generalmente percibido".
El MTS afecta el flujo sanguíneo en las piernas, representando aproximadamente el 2-5 por ciento de los trastornos venosos de las extremidades inferiores. El MTS ocurre cuando la arteria ilíaca derecha, que transporta la sangre lejos de la pierna, comprime la vena ilíaca izquierda, que devuelve la sangre al corazón. Esta compresión interrumpe el flujo sanguíneo, aumentando el riesgo de desarrollar trombosis venosa profunda (TVP), un coágulo de sangre potencialmente mortal en la pierna.
Según la Biblioteca Nacional de Medicina (NIH), a pesar de mostrarse presente en más del 20 por ciento de la población, el síndrome de May-Thurner rara vez se considera la causa probable de la TVP, especialmente en pacientes con otros factores de riesgo.
Reconociendo los síntomas del síndrome de May-Thurner Los síntomas del síndrome de May-Thurner pueden variar, y algunas personas pueden permanecer asintomáticas (es decir, no mostrar síntomas). Sin embargo, para aquellos que experimentan síntomas, los siguientes signos pueden indicar la presencia de esta condición:
Es importante señalar que algunas personas pueden desarrollar la condición sin factores de riesgo conocidos, y estos factores no implican que una persona desarrollará el MTS. Sin embargo, si tiene uno o más de estos factores de riesgo y sospecha que puede tener el síndrome de May-Thurner, es fundamental consultar a un profesional de la salud para un diagnóstico preciso y un manejo adecuado.
Sexo femenino: La condición es más frecuente en mujeres entre los 20 y 45 años, especialmente aquellas que han dado a luz o han tenido varios embarazos. Sin embargo, los hombres jóvenes también deben considerarse al presentar dolor en la extremidad inferior izquierda.
Uso de anticonceptivos orales: Según los Institutos Nacionales de Salud (NIH), las mujeres que usan anticonceptivos orales y presentan TVP iliofemoral del lado izquierdo deben ser evaluadas en busca de trastornos hipercoagulables (una condición hereditaria o adquirida que aumenta el riesgo de formación excesiva de coágulos sanguíneos) y anatomía subyacente de May-Thurner.
Escoliosis: Las personas con esta curvatura lateral de la columna que ocurre con mayor frecuencia durante el estirón de crecimiento justo antes de la pubertad tienen un mayor riesgo de desarrollar el MTS.
Deshidratación: La deshidratación contribuye al desarrollo de un flujo sanguíneo lento y coágulos sanguíneos, y también se considera un factor de riesgo para el síndrome de May-Thurner. Los médicos recomiendan beber de ocho a diez vasos de agua de ocho onzas diariamente para un flujo sanguíneo óptimo.
Trastornos hipercoagulables: Ciertas condiciones hereditarias y algunos tipos de cáncer pueden predisponer a alguien a una mayor tendencia a formar coágulos sanguíneos que pueden contribuir al desarrollo del síndrome de May-Thurner.
Inmovilización prolongada o embarazo: El síndrome es más frecuente después de períodos prolongados de inmovilización o durante el embarazo.
Si sospecha que puede tener el síndrome de May-Thurner basándose en los síntomas mencionados anteriormente, es crucial consultar a un profesional de la salud para una evaluación exhaustiva. Los métodos de diagnóstico comúnmente utilizados para confirmar la presencia de MTS incluyen:
Una vez diagnosticado, el enfoque del tratamiento para el síndrome de May-Thurner tiene como objetivo aliviar los síntomas, prevenir complicaciones y mejorar el flujo sanguíneo. La elección del tratamiento puede variar según la gravedad de la condición y los factores de salud individuales. Las intervenciones comunes incluyen:
Seguir las recomendaciones de su médico y mantener un estilo de vida saludable son cruciales para gestionar el síndrome de May-Thurner y prevenir complicaciones. Esto incluye:
Recuerde:
Aunque potencialmente grave, el síndrome de May-Thurner se puede manejar de manera efectiva con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado. No dude en consultar a su médico si experimenta algún síntoma preocupante en las piernas, como hinchazón, dolor o fatiga persistente. La intervención temprana puede mejorar significativamente su calidad de vida y prevenir complicaciones potencialmente mortales, como la trombosis venosa profunda.
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