El síndrome primario y secundario de piernas inquietas tiene los mismos síntomas pero diferentes causas. Aquí le mostramos cómo encontrar el tratamiento que mejor funcione para usted.
El síndrome de piernas inquietas es muy real, incluso si los síntomas pueden ser difíciles de explicar a familiares y amigos. De hecho, aproximadamente el 10 por ciento de los adultos padecen la afección.
Un síntoma importante de RLS es una necesidad incontrolable de mover las extremidades, que solo se alivia temporalmente mediante el movimiento. Los impulsos tienden a empeorar durante los períodos de inactividad. A menudo, estos impulsos son lo suficientemente severos y persistentes como para interferir con la capacidad del paciente para dormir bien por la noche.
Hay dos tipos de RLS, primario y secundario, que tienen síntomas similares pero causas diferentes. Como los RLS primarios y secundarios requieren diferentes enfoques terapéuticos, es importante determinar qué versión tiene.
El síndrome primario de piernas inquietas también se conoce como RLS idiopático. Idiopático es un término médico que significa que se desconoce la causa. No existe una prueba definitiva única para RLS, pero la condición generalmente se diagnostica al observar una variedad de marcadores clínicos. Estos incluyen un historial de movimientos periódicos e involuntarios de las piernas, un historial familiar de RLS y una respuesta positiva a los medicamentos que mejoran la dopamina.
El RLS secundario causa los mismos síntomas que la versión primaria; La diferencia es que el RLS secundario tiene una causa identificable. Las causas más comunes son embarazo, deficiencia de hierro, insuficiencia renal, algunos tipos de medicamentos, privación del sueño, neuropatía periférica y venas varicosas. De hecho, el 22% de los pacientes con RLS sufren de insuficiencia venosa. Si un paciente que tiene una de estas afecciones luego desarrolla RLS, se clasifica como el tipo secundario.
Dado que el síndrome secundario de piernas inquietas está asociado con otras afecciones, el enfoque típico es abordar la dolencia subyacente. Con este fin, a los pacientes a veces se les recetan suplementos de hierro (por deficiencia de hierro) o, en casos raros, trasplantes de riñón. Las medias de compresión a menudo son útiles para reducir los síntomas en pacientes que también padecen venas varicosas. Además, la escleroterapia ha demostrado ser efectiva en el manejo de RLS en el 98 por ciento de los pacientes.
Los investigadores han descubierto que el síndrome de piernas inquietas parece estar relacionado con la forma en que el sistema nervioso central procesa el hierro y un neurotransmisor llamado dopamina. Los niveles de hierro parecen ser más bajos en personas con RLS que en la población general (esta es otra razón por la cual los suplementos de hierro pueden ayudar). Por otro lado, los niveles de dopamina parecen variar más a lo largo del día en personas con RLS que en aquellas sin la afección.
Como resultado, los científicos han descubierto que los medicamentos que ayudan a regular el nivel de dopamina en el sistema nervioso central también pueden aliviar los síntomas del RLS primario y del RLS secundario que no han respondido al tratamiento de la afección subyacente. Además, se aconseja a los pacientes que eviten el tabaco y el alcohol y que hagan ejercicio regularmente, independientemente del tipo de RLS que tengan.
Si padece RLS, el alivio y una buena noche de sueño están a su alcance. Haga una cita con un especialista en venas en el Centro para la restauración de venas hoy para conocer sus opciones de tratamiento.