¿Su dolor de piernas está relacionado con una enfermedad venosa? Esto es lo que debe saber

Escrito por Center for Vein Restoration
Is your leg pain linked to vein disease

El dolor de piernas es un problema normal que la mayoría de la gente tendrá en algún momento de su vida. Pero el dolor de piernas que no desaparece o que sigue reapareciendo puede ser algo más que el resultado de un entrenamiento duro o del paso del tiempo. Puede ser un signo precoz de una enfermedad venosa subyacente.

Millones de personas en todo el mundo padecen enfermedades venosas como varices e insuficiencia venosa crónica, que pueden causar dolor, hinchazón y molestias en las piernas. Este artículo profundiza en detalles sobre el dolor de piernas, cómo puede estar relacionado con una enfermedad venosa y cómo saber cuándo es el momento de buscar ayuda de un especialista en venas.

Comprender el dolor de piernas y sus causas

El dolor de piernas puede tener causas tanto físicas como sistémicas, y averiguar cuáles son es el primer paso para deshacerse de él. Puede estar causado por problemas en los músculos, los huesos, los nervios o los vasos sanguíneos de la pierna. Algunas de las razones más comunes son esguinces, torceduras, fracturas, artritis y daños en los nervios o neuropatía, a menudo causados por enfermedades como la diabetes.

Pero el dolor de piernas también puede ser un signo de una enfermedad venosa, como las varices o la insuficiencia venosa crónica, que puede tratarse. Estas afecciones se producen cuando las venas de las piernas no pueden bombear sangre al corazón lo suficientemente bien. Cuando esto sucede, la sangre se acumula en las piernas, provocando dolor, hinchazón y otros síntomas.

También es importante saber que la trombosis venosa profunda (TVP), un coágulo de sangre en las venas profundas de la pierna, puede causar un dolor intenso en las piernas y es una urgencia médica. Conocer estas posibles razones del dolor de piernas puede ayudarle con el tratamiento y la prevención.

Visión general de las enfermedades venosas: varices e insuficiencia venosa crónica

Las enfermedades de las venas son frecuentes y suelen afectar a las piernas y los pies porque a las venas les cuesta mover la sangre de vuelta al corazón en contra de la gravedad. Las varices y la insuficiencia venosa crónica son dos de los tipos más comunes de enfermedad venosa.

Las varices son venas hinchadas y retorcidas que suelen ser de color azul o morado. Se producen cuando las válvulas unidireccionales de nuestras venas se debilitan o fallan, impidiendo que la sangre vuelva al corazón y, en su lugar, se estanque en las venas. Este estancamiento de la sangre hace que las venas aumenten de tamaño y se retuerzan, y es así como aparecen las varices.

La insuficiencia venosa crónica, por otro lado, es una enfermedad venosa más grave que se produce cuando las paredes de las venas o las válvulas de las piernas no funcionan bien. Las válvulas débiles dificultan el movimiento de la sangre, lo que puede hacer que la sangre se estanque e incluso provocar úlceras.

Ambas afecciones pueden causar dolor y molestias en las piernas, así como otros signos como hinchazón, pesadez, fatiga y, en algunos casos, síndrome de piernas inquietas y calambres nocturnos en las piernas.

Síndrome de las piernas inquietas: Un síntoma común de las enfermedades venosas

El síndrome de las piernas inquietas (SPI) es un trastorno neurológico que provoca una fuerte necesidad de mover las piernas y sensaciones desagradables como arrastramiento, tirones, picazón, hormigueo o quemazón. La mayoría de las veces, estos síntomas empeoran cuando descansa o esta quieto, sobre todo por la noche, y mejoran cuando se mueve.

Aunque el SPI puede aparecer por sí solo, los investigadores han descubierto que está estrechamente relacionado con enfermedades venosas como las varices y la insuficiencia venosa crónica. Algunos estudios han descubierto que hasta el 98 % de las personas con síndrome de piernas inquietas padecen también insuficiencia venosa crónica.

Esta relación se debe a que las venas dañadas ralentizan el flujo sanguíneo, lo que puede provocar una acumulación de residuos metabólicos y las sensaciones incómodas que acompañan al SPI.

Al tratar la enfermedad venosa subyacente, a menudo es posible aliviar los síntomas del síndrome de las piernas inquietas, mejorar el sueño y aumentar la calidad de vida en general.

La conexión entre la enfermedad venosa y los calambres nocturnos en las piernas

Los calambres nocturnos en las piernas, son sacudidas musculares dolorosas que no pueden detenerse. Suelen producirse en los músculos de la pantorrilla por la noche o cuando está descansando.

Muchas cosas pueden causar estos calambres, como la actividad excesivo, la deshidratación y algunos medicamentos. Sin embargo, existe una clara relación entre las enfermedades venosas y los calambres nocturnos en las piernas, ya que afecciones como las varices y la disfunción venosa pueden provocar una mala circulación.

Cuando se interrumpe el flujo sanguíneo, los productos de desecho metabólicos pueden acumularse en los músculos de las piernas, lo que puede provocar dolorosos calambres, que a menudo se producen por la noche.

Los calambres musculares también pueden deberse a que llega menos oxígeno a los músculos porque el flujo sanguíneo no es tan bueno. Si recibe un buen diagnóstico y tratamiento de la causa raíz, la enfermedad venosa, podrá reducir o deshacerse de estos molestos y a menudo dolorosos calambres nocturnos en las piernas.

Diferencias clave entre el dolor de piernas típico y el causado por una enfermedad venosa

El dolor de piernas puede deberse a muchas causas distintas, como un accidente, actividad excesiva o un problema neurológico, pero el dolor provocado por una enfermedad venosa suele ser diferente. La mayoría de los dolores de pierna, como los producidos por una distensión muscular o un esguince, son dolores agudos o rápidos en la zona donde se ha producido la lesión. Este dolor suele desaparecer con el reposo y la curación a lo largo del tiempo.

Por otro lado, el dolor de piernas provocado por una enfermedad venosa, como las varices o la insuficiencia venosa crónica, tiende a durar más tiempo y se siente como un dolor sordo, pesadez o molestia. Suele empeorar después de estar de pie o sentado durante mucho tiempo y se siente mejor al elevar las piernas por encima del nivel del corazón.

La enfermedad venosa también puede causar hinchazón, oscurecimiento de la piel, síndrome de las piernas inquietas y calambres en las piernas por la noche. Además, tener varices, que son venas hinchadas y retorcidas en las piernas, es un signo claro de enfermedad venosa.

Conocer estas diferencias clave puede ayudarle a averiguar si su dolor de piernas podría estar causado por una enfermedad venosa y si debe acudir a un especialista en venas varicosas.

Factores de riesgo de enfermedad venosa y dolor de piernas asociado

Varios factores de riesgo pueden hacer que una persona sea más propensa a padecer la enfermedad venosa y el dolor que causa en las piernas. Entre ellos se incluyen:

• La edad: a medida que envejecemos, las válvulas de nuestras venas pueden no funcionar tan bien, lo que puede causar problemas como varices o insuficiencia venosa crónica.

• El sexo: las mujeres son más propensas a padecer enfermedades venosas que los hombres. Esta diferencia se debe en parte a las hormonas, que afectan a la fortaleza y flexibilidad de las paredes venosas

• La genética: un pasado de enfermedad venosa en su familia puede aumentar mucho su riesgo

• Obesidad: el sobrepeso puede ejercer más presión sobre las venas de las piernas, lo que puede hacer más probable la enfermedad venosa

• Estilo de vida inactivo: no moverse lo suficiente puede causar una mala circulación, lo que puede provocar enfermedades venosas

Largos periodos de pie o sentado: los trabajos o modos de vida que requieren que las personas estén de pie o sentadas durante largos periodos de tiempo pueden aumentar la presión en las venas de la parte inferior de las piernas

El embarazo: el embarazo aumenta la cantidad de sangre en el cuerpo, pero también puede ralentizar el flujo de sangre de las piernas a las caderas, lo que puede causar varices

Antecedentes de trombosis venosa profunda (TVP): una TVP previa puede causar síndrome postrombótico, que daña las venas y aumenta la posibilidad de insuficiencia venosa crónica.

Al conocer estos factores de riesgo, las personas pueden tomar medidas para evitar la enfermedad venosa o tratarla a tiempo, lo que ayuda a reducir sus probabilidades de padecer dolor de piernas continuo y otros problemas.

Opciones de tratamiento probadas para el dolor de piernas causado por la enfermedad venosa

Para tratar el dolor de piernas provocado por la enfermedad venosa, existen varias opciones eficaces:

Ablación endovenosa Láser (EVLA): en esta técnica mínimamente invasiva, se utiliza una ecografía para guiar la colocación de una pequeña fibra láser en la vena enferma. El láser envía calor a la vena enferma, lo que hace que se cierre

• Ablación por radiofrecuencia (ARF): la ARF es similar a la EVLA, pero en lugar de calor láser, utiliza energía de radiofrecuencia para provocar la rotura y el cierre de las paredes de la vena.

Escleroterapia: en este tratamiento, se inyecta una solución o espuma en la vena enferma haciendo que ésta se cierre, deshaciéndose del problema en su origen. A continuación, el cuerpo absorbe la vena, enviando sangre a las venas sanas cercanas.

VenaSeal (pegamento para venas): utilizado en casos más graves, el Venaseal es un pegamento médico que se emplea para cerrar la vena, impidiendo que la sangre retroceda, que es la causa de las varices.

• Otras terapias: además de estos tratamientos específicos, llevar medias de compresión, hacer ejercicio con regularidad y elevar las piernas pueden ayudar a aliviar los síntomas y mejorar el flujo sanguíneo.

Es importante recordar que el mejor tratamiento varía en función de la afección específica de cada persona. En el Centro de Restauración de Venas (CRV), uno de nuestros especialistas en venas puede ayudarle a determinar el enfoque más adecuado.

Gracias a sus técnicas avanzadas realizadas por especialistas en venas varicosas certificados, el CRV está bien equipado para aliviar el dolor de piernas causado por la enfermedad venosa.

Prevención de las enfermedades venosas y sus dolorosas consecuencias

La prevención siempre es mejor que el tratamiento, y la enfermedad venosa no es una excepción. Aunque algunos factores de riesgo, como la edad, el sexo y la genética, no pueden cambiarse, hay muchas cosas que la gente puede hacer para reducir sus posibilidades de padecer una enfermedad venosa y sus dolorosos efectos.

El ejercicio regular como caminar, nadar o montar en bicicleta puede fortalecer las piernas y mejorar el flujo sanguíneo, ejerciendo menos presión sobre las venas. Mantener un peso saludable también puede aliviar las venas de una presión excesiva.

Cuando sea posible, poner las piernas en alto puede ayudar a que la sangre vuelva al corazón. Si no permanece de pie o sentado durante mucho tiempo, la sangre no se acumulará en las piernas y los pies.

El uso de medias de compresión también puede ayudar. Estas medias ejercen una ligera presión sobre las piernas y ayudan a las venas a mover la sangre hacia arriba. La salud de las venas también puede verse favorecida por una dieta equilibrada, baja en sal y rica en fibra.

Las personas con signos de enfermedad venosa pueden evitar que la enfermedad empeore (y sentir menos dolor) si reciben un diagnóstico y tratamiento de inmediato. Al final, el objetivo es proteger la salud de sus venas y mantener su calidad de vida lo más alta posible.

Recapitulemos: el dolor de piernas y las enfermedades venosas y cómo puede ayudarle el Centro de Restauración de Venas

En conclusión, el dolor de piernas que no desaparece o que sigue reapareciendo puede estar causado por algo más que un día duro o por hacerse mayor. Podría ser un signo de una enfermedad venosa como las varices o la insuficiencia venosa crónica.

Afecciones como éstas pueden causar dolor, rigidez, síndrome de piernas inquietas y calambres en las piernas en mitad de la noche. El dolor derivado de una enfermedad venosa suele ser diferente de otros tipos de dolor, y saberlo puede ayudar a los especialistas a averiguar más rápidamente qué es lo que va mal.

Existen varios factores de riesgo para la enfermedad venosa, algunos de los cuales están fuera de su control (como ser mujer). Sin embargo, muchos riesgos pueden controlarse con cambios en su estilo de vida y otras medidas preventivas.

Si ya tiene síntomas, existen tratamientos exitosos que van desde procedimientos mínimamente invasivos como la ablación endovenosa con láser y la ablación por radiofrecuencia hasta terapias de apoyo como las medias de compresión y la elevación de las piernas.

El Centro de Restauración de Venas está a la vanguardia de estos tratamientos, ofreciendo tratamientos de últoma generación adaptados al estado de cada paciente. Si le preocupa que el dolor de piernas pueda deberse a una enfermedad venosa, sepa que puede obtener ayuda.

Hable con un experto del Centro de Restauración Venosa para iniciar el camino hacia sentirse mejor y tener una mejor calidad de vida.


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