Cuando se trata de la salud venosa, la mayoría de las personas están familiarizadas con condiciones como las venas varicosas o la trombosis venosa profunda (TVP). Sin embargo, algunas condiciones menos comunes pero graves, como la phlegmasia cerulea dolens (PCD), a menudo pasan desapercibidas. La PCD es una complicación de la trombosis venosa profunda (TVP) que requiere atención médica inmediata y es tan rara que los proveedores de atención médica pueden verla solo una o dos veces en su carrera.
En este blog, exploraremos qué es la phlegmasia cerulea dolens, por qué es importante reconocer sus síntomas y cómo se trata.
Según la Cleveland Clinic, phlegmasia cerulea dolens proviene del griego y se traduce como "inflamación azul dolorosa". Es una forma avanzada y grave de trombosis venosa profunda en la que un gran coágulo bloquea las venas principales, generalmente en las piernas, lo que provoca dolor severo, hinchazón y coloración azulada de la piel. La hinchazón también aumenta la presión sobre las arterias, impidiendo que lleguen sangre rica en oxígeno.
Aunque es rara, la PCD es una condición potencialmente mortal que requiere tratamiento de emergencia para despejar las venas bloqueadas, lo cual puede evitar la muerte del tejido, gangrena, pérdida de una extremidad, embolia pulmonar, sepsis o la muerte si no se trata rápidamente.
Si estás experimentando los siguientes síntomas o tienes preocupaciones sobre la trombosis venosa profunda, busca atención médica de inmediato:
La trombosis venosa profunda puede resultar en una emergencia médica potencialmente mortal. Center for Vein Restoration (CVR) ofrece un servicio de descarte de TVP para pacientes que experimentan síntomas de TVP. Nuestro servicio integral incluye una exploración para TVP, tratamiento, educación y atención de seguimiento. Comunícate con la línea directa para TVP al 877-SCAN-DVT (844-568-3691).
La PCD generalmente ocurre como resultado de una trombosis venosa profunda (TVP) no tratada o tratada inadecuadamente. La TVP ocurre cuando se forma un coágulo de sangre en una de las venas profundas, generalmente en las extremidades inferiores. Cuando este coágulo crece o factores adicionales bloquean otras venas, la mayor presión y retención de fluidos conducen a la PCD.
Ciertos factores aumentan el riesgo de desarrollar TVP y, posteriormente, PCD:
• Inmovilidad prolongada: Períodos largos de estar sentado o acostado, como durante vuelos largos o reposo en cama.
• Trauma o cirugía: Las lesiones o procedimientos quirúrgicos pueden desencadenar la formación de coágulos, especialmente en las piernas.
• Cáncer: Algunos tipos de cáncer y tratamientos contra el cáncer aumentan el riesgo de coágulos sanguíneos.
• Embarazo y parto: Los cambios hormonales y la presión en las venas pélvicas aumentan los riesgos de coagulación.
• Antecedentes personales o familiares: Incluyendo TVP, embolia pulmonar (EP) o trastornos de coagulación.
• Anticonceptivos o terapia hormonal.
• Enfermedad inflamatoria intestinal (EII).
Uno de los aspectos más críticos al tratar la PCD es reconocer los síntomas a tiempo. Si tú o un ser querido experimentan alguno de estos signos, busca atención médica de inmediato:
Es esencial diferenciar la PCD de casos menos graves de TVP u otras condiciones en las piernas. La combinación de dolor severo, hinchazón significativa y un tono azulado es una característica distintiva de la PCD. Cualquier retraso en el tratamiento puede tener consecuencias graves, como daño tisular y gangrena.
Los proveedores de atención médica utilizan una combinación de exámenes físicos, imágenes y pruebas de laboratorio para diagnosticar la PCD. Las herramientas clave de diagnóstico incluyen:
El diagnóstico temprano es crítico. Si se sospecha PCD, es necesaria una intervención rápida para prevenir complicaciones.
El tratamiento para la phlegmasia cerulea dolens está diseñado para restaurar el flujo sanguíneo, aliviar los síntomas y prevenir complicaciones adicionales. El tratamiento típicamente incluye:
El tratamiento oportuno es crucial. Sin intervención, la PCD puede resultar en amputación, insuficiencia orgánica o muerte.
Prevenir la PCD comienza con prevenir la TVP. Las personas en riesgo deben tomar medidas para mejorar la circulación y reducir los riesgos de coagulación, incluyendo:
• Mantenerse activo:
El movimiento regular, especialmente durante largos períodos de estar sentado o de pie, puede ayudar a prevenir la formación de coágulos.
• Medias de compresión: Estas son especialmente beneficiosas para personas en riesgo, como aquellas que se están recuperando de una cirugía o que tienen movilidad limitada.
• Mantener un peso saludable: El exceso de peso aumenta la presión sobre las venas, contribuyendo a los riesgos de coágulos.
• Seguir el consejo médico: Las personas con antecedentes de TVP o trastornos de coagulación deben adherirse a los medicamentos y recomendaciones de estilo de vida prescritos.
Para aquellos que se están recuperando de una cirugía o enfrentan inmovilidad prolongada, medidas preventivas como anticoagulantes, ejercicios de piernas y mantenerse hidratado pueden reducir significativamente el riesgo de TVP y PCD.
La phlegmasia cerulea dolens es una condición grave que requiere atención médica inmediata. Si experimentas dolor severo en la pierna, hinchazón y decoloración, no demores. La intervención temprana puede salvar tu extremidad e incluso tu vida. Consulta a un especialista en venas o visita un departamento de emergencia de inmediato.
El reconocimiento temprano y el tratamiento oportuno de la TVP pueden prevenir la progresión hacia la PCD y sus posibles complicaciones mortales. Llama a nuestra línea directa de descarte de TVP para citas el mismo día al 877-SCAN-DVT (877-722-6388).