La trombosis es una condición médica grave caracterizada por la formación de un coágulo sanguíneo, o "trombo", en un vaso sanguíneo o en el corazón. Esto puede interrumpir el flujo sanguíneo normal y llevar a complicaciones potencialmente mortales como un derrame cerebral o un ataque al corazón. En este blog, detallaremos los tipos de trombosis, así como las causas, síntomas, factores de riesgo, diagnóstico y tratamiento de esta condición potencialmente mortal.
Según la Biblioteca Nacional de Medicina (NIH, por sus siglas en inglés), la trombosis es un coágulo sanguíneo dentro de los vasos sanguíneos que limita el flujo sanguíneo y se clasifica ampliamente en dos tipos principales: venosa y arterial. Las trombosis venosas y arteriales agudas son la causa más común de muerte en países desarrollados.
La trombosis venosa ocurre cuando se forma un coágulo en una vena e incluye subtipos como la trombosis venosa profunda (TVP) y la embolia pulmonar (EP). La TVP generalmente ocurre en la pierna o la pelvis, mientras que la EP ocurre cuando un coágulo de otra parte del cuerpo viaja a los pulmones. Por otro lado, la trombosis arterial ocurre cuando se forma un coágulo en una arteria y puede llevar a condiciones como un ataque al corazón o un derrame cerebral.
La atención médica rápida es crucial para ambos tipos de trombosis para evitar complicaciones, incluida la muerte. El tratamiento puede incluir el uso de anticoagulantes.
Los síntomas de la trombosis pueden variar según la ubicación del coágulo. Para la trombosis venosa profunda (TVP), los síntomas pueden incluir dolor, hinchazón y sensibilidad en una pierna, a menudo en la pantorrilla o el muslo, así como una sensación de pesadez y piel cálida en el área afectada. En algunos casos, la TVP puede ocurrir sin síntomas notables. Los síntomas de la trombosis arterial pueden incluir dolor e hinchazón en una pierna, dolor en el pecho o entumecimiento en un lado del cuerpo.
Las principales causas de la trombosis incluyen:
La trombosis venosa profunda (TVP) ocurre cuando se desarrolla un coágulo sanguíneo en las venas profundas, generalmente en las extremidades inferiores. Por otro lado, una embolia pulmonar (EP) ocurre cuando una parte del coágulo de la TVP se desprende y viaja a los pulmones, lo que puede ser potencialmente mortal. La TVP y la EP juntas se conocen como tromboembolismo venoso (TEV). La TVP generalmente se presenta con síntomas como dolor, hinchazón y sensibilidad en la pierna afectada, mientras que los síntomas de la EP incluyen dificultad para respirar, dolor en el pecho y tos con sangre.
Los síntomas comunes de la trombosis venosa profunda (TVP) y la embolia pulmonar (EP) son los siguientes:
• Dolor o sensibilidad en una de las piernas, generalmente en la pantorrilla o el muslo.
• Hinchazón y calor en el área afectada.
• Enrojecimiento o decoloración de la piel que la recubre.
• Sensación de pesadez o dolor en el área afectada.
• Cambio en el color de la piel en la pierna, como rojo o morado, según el color de la piel.
• Sensación de calor en la pierna afectada.
• También puede estar presente sin síntomas notables.
• Falta repentina de aire.
• Dolor o molestias en el pecho que empeora al respirar profundamente o al toser.
• Sensación de mareo o desmayo.
• Pulso rápido.
• Respiración rápida.
• Tos con sangre.
Es importante tener en cuenta que los síntomas de la TVP y la EP pueden ocurrir sin síntomas notables. Si experimenta alguno de los síntomas mencionados anteriormente, es crucial buscar atención médica de inmediato, especialmente si tiene varios factores de riesgo para la TVP o la EP.
Los factores de riesgo para desarrollar trombosis venosa profunda (TVP) y embolia pulmonar (EP) incluyen:
• Edad: Ser mayor de 60 años aumenta el riesgo de TVP, pero puede ocurrir a cualquier edad.
• Inmovilidad: Períodos prolongados de movilidad limitada, como durante viajes de larga distancia o reposo en cama, pueden aumentar el riesgo de TVP.
• Cirugía y traumatismo: Cirugía reciente, especialmente ortopédica o trauma, puede aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos.
• Condiciones médicas: Ciertas condiciones médicas, como cáncer, insuficiencia cardíaca y enfermedad inflamatoria del intestino, pueden aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos.
• Embarazo y posparto: El embarazo y el período posparto están asociados con un mayor riesgo de coágulos sanguíneos.
• Terapia hormonal: El uso de anticonceptivos que contienen estrógeno o la terapia de reemplazo hormonal puede aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos.
• Factores genéticos: Condiciones hereditarias que afectan la coagulación sanguínea, como la mutación del factor V Leiden o la mutación del gen de la protrombina, pueden aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos.
• Obesidad: El sobrepeso u obesidad aumenta el riesgo de TVP y EP.
• Fumar: Fumar afecta cómo fluye la sangre y se coagula, lo que puede aumentar el riesgo de TVP.
• Cáncer: Algunos tipos de cáncer aumentan las sustancias en la sangre que provocan la coagulación. Algunos tratamientos contra el cáncer también aumentan el riesgo de coágulos sanguíneos.
• Insuficiencia cardíaca: La insuficiencia cardíaca aumenta el riesgo de TVP y EP.
Dado que estos factores de riesgo pueden aumentar la probabilidad de desarrollar TVP y EP, es esencial estar consciente de ellos, especialmente si tiene más de uno de estos factores de riesgo.
La trombosis venosa profunda (TVP) y la embolia pulmonar (EP) se diagnostican mediante una combinación de evaluación clínica, prueba de sangre de dímero D y estudios de imagen. Las características clínicas de la TVP incluyen hinchazón, dolor, calor y dilatación venosa superficial de la extremidad inferior, mientras que la EP puede presentarse con o sin síntomas de la TVP, además de dolor en el pecho y dificultad para respirar.
La ultrasonografía de compresión no invasiva se utiliza como primera línea para diagnosticar la TVP, mientras que la angiografía pulmonar por tomografía computarizada (TC) es el procedimiento de imagen estándar para el diagnóstico de la EP.
Para evitar una visita larga y costosa a la sala de emergencias, el Center for Vein Restoration (CVR) ofrece un servicio para descartar la TVP para aquellas personas que sospechan que la tienen. Este enfoque integral incluye un escaneo, tratamiento con anticoagulantes, educación y seguimiento si es necesario. Puede ponerse en contacto con la línea directa de la TVP llamando al 877-SCAN-DVT (877-722-6388) para obtener más información y programar una cita.
El tratamiento de la TVP y la EP generalmente implica el uso de medicamentos anticoagulantes (anticoagulantes) para evitar que el coágulo sanguíneo existente crezca más y reducir el riesgo de formación de nuevos coágulos. Los anticoagulantes inyectables más utilizados son la heparina no fraccionada, la heparina de bajo peso molecular (HBPM) y el fondaparinux. Los anticoagulantes orales, como la warfarina, el apixabán, el rivaroxabán, el dabigatrán y el edoxabán, también se utilizan comúnmente para el tratamiento a largo plazo de la TVP y la EP.
Según la Cleveland Clinic, en algunos casos, se puede considerar la terapia trombolítica para pacientes con trombosis masiva de la extremidad inferior proximal o trombosis iliofemoral ("iliofemoral" se refiere al ligamento iliofemoral, que es un ligamento capsular triangular grueso y muy resistente de la articulación de la cadera situado anterior a la articulación). Además, el uso de filtros de vena cava inferior puede indicarse en ciertas situaciones.
Si sospecha de trombosis, es crucial buscar atención médica inmediata. Los síntomas pueden incluir hinchazón, dolor, enrojecimiento en el área afectada, falta de aire o dolor en el pecho si un coágulo viaja a los pulmones. No ignore estos signos; en su lugar, busque atención médica de inmediato en una sala de emergencias cercana o en una clínica de venas del Center for Vein Restoration (CVR) cerca de usted. La intervención oportuna es vital para prevenir complicaciones como la embolia pulmonar o el derrame cerebral.
Evite el autodiagnóstico y permita que los profesionales de la salud evalúen y determinen el curso de acción apropiado para su situación específica.
El Center for Vein Restoration (CVR) es reconocido a nivel nacional como líder clínico en el tratamiento de la insuficiencia venosa crónica. CVR es el centro de venas dirigido por médicos más grande de Estados Unidos, con más de 110 centros (¡y en crecimiento!) y más de 70 médicos activos que realizan 200,000 interacciones con pacientes anualmente.
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