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Síndrome de Congestión Pélvica: Causas, Síntomas y Tratamiento

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Blog Image Pelvic Congestion Syndrome
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Revisado médicamente por Priya Thirumlai, MD, FACS, FACOG, en septiembre 30, 2025

El dolor pélvico crónico no tiene por qué controlar tu vida, y comprender la causa es el primer paso para recuperarla—por completo y sin dolor. Es probable que el dolor pélvico con el que has estado viviendo tenga un nombre, un origen y, lo más importante, una solución.

Consultamos con la especialista en venas pélvicas y de las piernas del Center for Vein Restoration, la Dra. Priya Thirumlai, sobre el síndrome de congestión pélvica (PCS, por sus siglas en inglés), también conocido como insuficiencia venosa pélvica. Según la National Library of Medicine (NIH), esta condición afecta hasta al 30 por ciento de las mujeres que sufren dolor pélvico crónico. Además, se estima que el síndrome de congestión pélvica está presente hasta en el 75.5 por ciento de los pacientes con várices pélvicas, de acuerdo con un análisis retrospectivo de 10 años reportado por el NIH.

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La Dra. Thirumlai está certificada por el American College of Obstetrics and Gynecology y es la médica principal en las clínicas de Center for Vein Restoration en Alexandria, Virginia,Easton, Maryland.

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¿Qué es el Síndrome de Congestión Pélvica?

El dolor pélvico crónico (CPP, por sus siglas en inglés) es un dolor persistente y no cíclico en el abdomen bajo y la pelvis que dura seis meses o más. Afecta a millones de personas, principalmente mujeres, y puede impactar significativamente la calidad de vida. El dolor puede ser constante o intermitente, y a menudo se describe como un dolor sordo, una punzada aguda o una sensación de pesadez o presión.

¿Qué Causa el Síndrome de Congestión Pélvica (PCS)?

Los médicos no entienden completamente por qué ocurre PCS, pero los investigadores señalan varias causas probables:

  • Embarazo. Durante el embarazo, los vasos sanguíneos crecen y se estiran para apoyarte a ti y al bebé. Algunas venas permanecen más grandes incluso después del parto.
  • Hormonas, especialmente el estrógeno, pueden hacer que las venas se relajen y se ensanchen.
  • Problemas en las válvulas y reflujo sanguíneo. Las válvulas defectuosas pueden permitir que la sangre fluya hacia atrás y se acumule en la pelvis, lo que provoca dolor e hinchazón.
  • Compresión venosa. Un ejemplo común es el síndrome de May-Thurner, también llamado síndrome de Cockett o síndrome de compresión de la vena ilíaca, que ocurre cuando la arteria ilíaca derecha presiona (comprime) la vena ilíaca izquierda. Esta compresión puede bloquear parcialmente el flujo sanguíneo, provocando acumulación de sangre e incrementando el riesgo de coágulos o dolor pélvico crónico.

Las causas del dolor pélvico crónico son diversas y pueden involucrar múltiples sistemas corporales. Puede ser un síntoma de una enfermedad específica, como la endometriosis o la cistitis intersticial, o puede ser una condición en sí misma. Una de las causas menos conocidas pero significativas de CPP, particularmente en mujeres, es el síndrome de congestión pélvica, que a menudo está relacionado con una condición vascular más amplia conocida como May-Thurner (PCS).

¿Qué es May-Thurner (PCS)?

El síndrome de May-Thurner (PCS), también conocido como síndrome de compresión de la vena ilíaca, es una condición vascular en la que una arteria ilíaca comprime la vena ilíaca contra la columna lumbar. Mientras que la causa más común es que la arteria ilíaca derecha cruce sobre y comprima la vena ilíaca izquierda, la compresión también puede darse con la arteria ilíaca izquierda, provocando síntomas en la pierna derecha, izquierda o ambas.

La presión constante de la arteria puede hacer que la vena se estreche, lo que provoca la formación de tejido cicatricial y bandas fibrosas que restringen aún más el flujo sanguíneo. Esto causa un retroceso de la sangre en las piernas afectadas y las venas pélvicas, generando varios síntomas y complicaciones.

Según Cedars Sinai, PCS se presenta principalmente en mujeres en edad fértil y es más común en mujeres que han tenido más de un parto. Las mujeres que han tenido tres o más embarazos son particularmente susceptibles debido al peso del útero grávido, los cambios hormonales y una caída en el piso pélvico, todos los cuales pueden aumentar la presión sobre las venas ilíacas.

Síntomas del Síndrome de May-Thurner

Muchas personas con la variación anatómica del síndrome de May-Thurner son asintomáticas (es decir, no presentan síntomas). Cuando los síntomas aparecen, generalmente son resultado del flujo sanguíneo lento y la mayor presión en la pierna(s) y pelvis afectadas. Los síntomas más comunes incluyen:

  • Dolor crónico en las piernas: Una sensación de dolor o pesadez en la(s) pierna(s) afectada(s).
  • Pesadez y molestia en piernas y pelvis: La sensación suele estar presente en ambas regiones debido al aumento de la presión en el sistema venoso causada por la compresión.
  • Hinchazón en las piernas: Hinchazón del pie, tobillo o toda la pierna, especialmente después de estar de pie por largos periodos. Puede presentarse como inflamación unilateral o agrandamiento del miembro. En algunos casos, puede ocurrir linfedema bilateral debido a la presión aumentada que afecta el drenaje linfático.
  • Várices: Venas agrandadas y torcidas que pueden aparecer en el muslo, glúteos o vulva.
  • Cambios en la piel: Decoloración (enrojecimiento o color marrón) y desarrollo de llagas o úlceras de cicatrización lenta.
  • Trombosis venosa profunda (TVP): Un coágulo en una vena profunda que causa dolor intenso, hinchazón y calor en la pierna. La TVP es una emergencia médica seria.

En algunos casos, la presión venosa crónica y la inflamación pueden causar dolor que va más allá de los síntomas típicos. Aunque no es común, algunos pacientes con síndrome de May-Thurner (PCS) pueden experimentar:

  • Entumecimiento y hormigueo en las piernas: La presión de las venas pélvicas dilatadas puede irritar o comprimir nervios cercanos, incluyendo los del plexo lumbosacro. Esto puede causar sensaciones de adormecimiento y hormigueo, a menudo en una o ambas piernas.
  • Dolor similar a ciática: Dolor que irradia desde la parte baja de la espalda hacia la pierna.
  • Síntomas aumentados durante la menstruación: En mujeres, las fluctuaciones hormonales durante el ciclo menstrual pueden aumentar el volumen sanguíneo y dilatar las venas, lo que empeora los síntomas de congestión venosa y dolor.

Aunque los síntomas son reales y pueden ser debilitantes, debido a su ubicación y a la rareza del diagnóstico, el síndrome de May-Thurner (PCS) puede pasar desapercibido para médicos de atención primaria, ginecólogos y otros especialistas. Esto suele llevar a una larga y frustrante búsqueda de un diagnóstico preciso.

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La Atención Experta en Venas Está Más Cerca de lo que Piensas

El síndrome de congestión pélvica y la insuficiencia venosa crónica pueden ser frustrantes y aislantes—¡pero no estás sola! CVR es el centro de venas más grande de Estados Unidos dirigido por médicos, con más de 80 especialistas experimentados dedicados a ayudar a pacientes como tú. Nuestra calificación de satisfacción del 98 por ciento refleja la atención compasiva que brindamos todos los días.

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Diagnóstico y Tratamiento del Dolor Pélvico Crónico

Diagnosticar el síndrome de May-Thurner (PCS) puede ser un reto debido a la naturaleza variada y a veces vaga de los síntomas. Un médico generalmente comenzará con un examen físico y una revisión del historial médico. Luego, se utilizan pruebas de imagen para confirmar el diagnóstico y descartar otras condiciones. Estas pueden incluir:

  • Ultrasonido Doppler: Para visualizar el flujo sanguíneo y detectar estrechamientos.
  • Venografía por CT o MRI: Para obtener imágenes detalladas de las venas y el sitio de la compresión.
  • Venografía con ultrasonido intravascular (IVUS): La herramienta diagnóstica de referencia, que proporciona una vista clara y en tiempo real desde el interior de la vena para evaluar el grado de compresión.

El objetivo principal del tratamiento para el síndrome de May-Thurner (PCS) es aliviar la compresión, restaurar el flujo sanguíneo normal y prevenir complicaciones graves como la TVP.

Opciones de tratamiento comunes incluyen:

  • Manejo de síntomas: Para síntomas leves, esto puede incluir cambios en el estilo de vida y el uso de medias de compresión médicas hasta la cintura. Estas prendas aplican presión en las piernas y el abdomen, ayudando a mejorar el flujo sanguíneo, reducir la hinchazón y aliviar el malestar.
    Debido a que existe mayor presión en las venas pélvicas que puede sentirse en las piernas, un plan de manejo completo para el síndrome de May-Thurner (PCS) a menudo incluye un mapeo venoso para detectar insuficiencia venosa en las piernas. Esto ayuda a identificar si hay acumulación de sangre por válvulas defectuosas además de la compresión principal, permitiendo una estrategia de tratamiento más completa.
  • Medicamentos anticoagulantes: Se pueden recetar para prevenir coágulos sanguíneos.
  • Venoplastia con balón y colocación de stent: Procedimiento mínimamente invasivo en el que se utiliza un balón para abrir la vena comprimida y se coloca un stent para mantenerla abierta.
  • Trombólisis: Medicación para disolver un coágulo existente.

Obtener el diagnóstico correcto es crucial porque el tratamiento adecuado depende de ello. El dolor pélvico también puede ser multifactorial (es decir, tener más de una causa). Por ejemplo, la artritis de cadera y el síndrome de congestión pélvica (PCS) pueden ocurrir al mismo tiempo. Si solo se trata un problema, esto puede brindar únicamente un alivio parcial, ya que la otra condición sigue contribuyendo al dolor.

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No tienes que vivir más con dolor pélvico crónico o problemas venosos. En Center for Vein Restoration (CVR), nuestros compasivos especialistas en venas certificados están listos para escucharte, diagnosticar y guiarte hacia un alivio duradero. Con más de 120 ubicaciones en 22 estados, hacemos que la atención experta en venas sea accesible y conveniente.

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Cómo Prevenir el Dolor Pélvico

Aunque PCS no siempre se puede prevenir, puedes reducir tus posibilidades o aliviar los síntomas al:

  • Buscar ayuda temprana si notas signos de enfermedad venosa, como várices o molestias pélvicas persistentes.
  • ¡Crear conciencia sobre PCS! Habla con tu médico de venas en CVR si el dolor dura más de seis meses (y anima a tus amigas y hermanas a hacer lo mismo).
  • Mantener un estilo de vida saludable. Muévete con regularidad, evita estar mucho tiempo de pie y consulta a los expertos en la clínica de venas CVR más cercana para recibir consejos personalizados.

Un Recordatorio Amable Sobre el Dolor Pélvico

No eres débil, y este dolor no está “solo en tu cabeza”. El PCS es real, y un especialista en venas con experiencia sabe cómo ayudarte. El alivio está a tu alcance, y todavía tienes por delante una vida plena. Si tu dolor no mejora, sigue preguntando y no te rindas. Mereces la atención de un profesional en salud venosa que te vea, te escuche y te ayude a sanar.

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