Las ofertas de yoga pueden aliviar muchos de los síntomas incómodos de las venas varicosas, pero no es una cura permanente.
Si tiene venas varicosas, probablemente esté buscando formas de aliviar el dolor y la hinchazón de las cuerdas levantadas y retorcidas a lo largo de sus piernas, y puede que esté considerando el yoga como una posible solución. Pero, ¿esta práctica ancestral puede realmente hacer desaparecer las varices?
Aunque el yoga ofrece muchos beneficios, no puede prevenir ni curar las varices. Sin embargo, la mayor flexibilidad, la fuerza muscular y la mejora de la circulación que obtienes al hacer yoga aliviarán la incomodidad de las venas varicosas. Siempre consulte con su especialista en venas antes de embarcarse en cualquier
régimen de ejercicio, pero el yoga puede ser parte de un programa general para tratar los síntomas de las venas varicosas.
Yoga y varices
El objetivo principal del yoga es promover la relajación y reducir el estrés al mismo tiempo que tonifica los músculos y mejora la postura. Por esa razón, el yoga puede aliviar el dolor y la hinchazón de las piernas causados por las varices. Las venas varicosas se desarrollan cuando pequeñas aletas o válvulas en las venas se debilitan debido a una serie de factores, que incluyen la edad, el embarazo, la herencia, las fluctuaciones hormonales causadas por el embarazo y la menopausia y la obesidad.
Cuando esas válvulas defectuosas no pueden bombear sangre de regreso al corazón, se acumula una acumulación de sangre dentro de la pared de la vena, lo que estira la vena hasta el punto en que sale de debajo de la piel como una vena varicosa. Debido a que el yoga restaura el flujo sanguíneo óptimo, puede ser especialmente beneficioso si sufre los dolorosos efectos secundarios de las venas varicosas. Las posturas de yoga que elevan las piernas y animan a que la sangre fluya hacia arriba contra la fuerza de la gravedad ofrecen los mayores beneficios. Aquí hay tres para probar:
- Pose de montaña. Esta postura básica de yoga fortalece las piernas y alinea el cuerpo en la postura adecuada. Aunque pueda parecer simple, requiere un enfoque en cada parte de su cuerpo, desde los dedos de los pies hasta los hombros. Comience de pie con los dedos gordos de los pies tocándose y luego levante y abanique los dedos de los pies. Vuelve a bajar y presiona los pies y las pantorrillas contra el suelo. Luego, active los músculos delanteros del muslo, lo que elevará las rótulas. Mientras mantiene la curva natural de su columna, contraiga ligeramente su estómago. Ensancha las clavículas, asegurándote de que los hombros estén por encima de la pelvis. Encoge los hombros hasta las orejas y luego bájalas. Deje que sus brazos cuelguen hacia abajo con los codos ligeramente doblados y las palmas hacia adelante. Mantenga el cuello largo, pero no lo doble ni lo doble cuando su cabeza se eleve hacia el techo. Mantenga esta posición durante cinco a 10 segundos.
- Soporte de hombro. Al invertir su cuerpo, drenará la sangre de sus piernas hacia su corazón. Recuéstese en una estera de yoga, levantando las piernas rectas mientras sus manos sostienen sus caderas. Gire suavemente el peso de su cuerpo sobre sus hombros. Luego, levante la parte superior del cuerpo, pero mantenga la parte superior de la espalda y la cabeza en el suelo. Permanezca en esta postura durante cinco minutos y suelte.
- Piernas arriba de la pared. Esta postura de yoga eleva las piernas, impulsando así la sangre al corazón y reduciendo el estrés en las venas de las piernas. Mientras se acuesta en una estera de yoga, mueva las piernas hacia arriba en la pared hasta que estén en un ángulo de 90 grados, manteniendo las caderas y las nalgas lo más cerca posible de la pared. Mantenga durante cinco a 15 minutos.
Estos representan solo algunas posturas de yoga beneficiosas para reducir el dolor y la hinchazón de las venas varicosas. Habla con tu instructor de yoga sobre posturas diseñadas específicamente para estimular la circulación. En general, lo mejor es el yoga de baja intensidad basado en estiramientos suaves y transiciones. Evite los entrenamientos vigorosos, como el ashtanga y el power yoga, que podrían tensar sus venas.
Además, el yoga caliente, en el que realiza posturas en condiciones de calor y humedad extremos, no se recomienda para pacientes con varices. El calor ensancha las venas, provocando que se desborden de sangre, lo que a su vez aumenta los síntomas y la aparición de varices.
Es hora de cuidar sus varices
Aunque el yoga y el ejercicio regular pueden aliviar el dolor de las venas varicosas, la única cura duradera es el tratamiento médico. En Center for Vein Restoration, nuestros especialistas en venas ofrecen una variedad de terapias que implican una intervención quirúrgica mínima y un período de recuperación corto. Contactanos hoy para una consulta.